Cómo no, a todos nos gusta hacernos los interesantes con nuestros amigos, subirlo a twitter o facebook y que vean nuestro intelecto. Es por eso que traigo en esta entrada alguna de las paradojas más interesantes que he podido encontrar y así de paso aprendemos algunas cosas curiosas.
Aquiles y la tortuga
¿Puede una tortuga ganar en una carrera al atleta más rápido de la historia?
Muchos ya la conoceran, pero para los que no la conozcan, se la explico. Aquiles era el atleta más rápido griego. Nadie podía ganarlo en una carrera. Entonces el filósofo llamado Zenos dijo que podría ganar a este atleta con una simple tortuga, con la única condición de darle cierta ventaja empezando más alante. Nadie le creyó y apostaron todos a que perdería.
Una vez en la carrera ambos empezaron a avanzar, pero una vez que el atleta alcanzaba el lugar de donde salió la tortuga, la tortuga ya había avanzado otra distancia, una vez que llegaba a esta distancia, la tortuga había avanzado de nuevo y así infinitamente. De esta manera Aquiles nunca alcanza a la tortuga. Está claro que en realidad si que la alcanzaría y que el movimiento es posible sino nunca conseguiríamos avanzar... Pero ahí está la paradoja
El abuelo
¿Son los viajes en el tiempo posibles? La paradoja del abuelo te muestra una respuesta a esto.
Rene Barjavel, un novelista de ciencia ficción del S. XX no paraba de pensar sobre los viajes en el tiempo. Un día le surgió la duda de: ¿Qué pasaría si alguien viajara atrás en el tiempo y matara a su abuelo?
Si esto pasara su padre no nacería y él mismo no llegaría ni a ser un pensamiento, y si no existiera no podría matar a su antecesor. Existen teorías de universos paralelos y distintos pasados y futuros.
Pero la paradoja del abuelo solo dice que no se puede viajar al pasado, no dice nada de ir al futuro...
Turing (defensor de que las máquinas pensaban) diría que "Si puedes crear una aplicación con la que hacer creer a un humano que está hablando con otro humano, cuando en realidad habla con una máquina. Esta máquina podría decirse que piensa."
John Searle, un galardonado filósofo, ante esto propuso un experimento. Con el cual quería demostrar cómo una máquina era capaz de recibir órdenes sin ser consciente de lo que hace. En este experimento él proponía encerrarse en una habitación llena de símbolos chinos que no podía entender, junto a un libro de instrucciones de cómo usarlos. El reto era tener a alguien cuya lengua materna fuera el chino en la puerta de la habitación, y que le pasase notas por debajo de esta.
Mediante el libro de instrucciones él contestaría a esas notas haciendo creer al chino de que quien hay en el interior de la habitación, es otro chino, cuando en realidad es un filósofo confundido. Por lo tanto Searle le responde a Turing "Aunque programes a una máquina para que hable chino, esta no entenderá el idioma, solo simulará tener este conocimiento."
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